Al otro lado del Atlántico son las Once de la noche, y en México, las rectas para el ahora exiliado y derrocado presidente de Bolivia se ponen oblicuas, se alejan pues de lo parejo o lo horizontal. Por una de las trayectorias, en Bolivia, la autoproclamada presidente de esa nación organiza elecciones generales, pero sin la competencia, o sea sin Evo. Por otro sendero, se oye eco derechista de por aquellos laredos*, para sentenciar a muerte a los representantes del partido, o de la ideología de Evo.
Mientras tanto en Iguala, en Iguala el presidente de Mexico se iguala con el Rey de Francia asegurando que siendo Él, el Estado, el asesinato de Julio César Mondragón no fue perpetrado por el Estado y los narcos; ¡no!. El desollamiento fue llevado acabo por la “fauna” de la localidad.