Los Ang–eh–les*… Nineteen eighty four

* Must be read with a long drawn, Sam Elliot’s, Western sounding voice, however, we’ll have to leave that nugget for a later episode because the topic during this internet coffee session only leaves room to touch on the ‘risky readings’ or la ‘lectura de riesgo’ del Dr. José Cueli y su cuento favorito, ese que va relacionado con las cosas de la Fiesta Brava.

Uso justo de todos medios y de “los primos” en Saltillo, en Arteaga, y a lo mejor hasta en Paila, —allá en Coahuila.

Entonces, por eso dejamos pendientes la vez que me perdí una corrida de Valente Arellano allá en la ciudad de Francisco Sarabia y tambien de los mejores raspados en medio de un una zona semi árida y, mejor nos regresamos al otoño del 2013 a las afueras del Cinema Christine, en París, en donde se celebraba el Primer Festival de Cine Documental mexicano Visor.

Allí en ese evento los organizadores ofrecieron un vinito a todos los que asistieron a la inauguración de esa exposición.

Allí también, ya al termino de la función, el staff estableció una charla con un ingeniero de origen mexicano que trabajaba en el diseño de los sistemas de envasado de Tetra-Pak. El inge estaba a punto de revelar secretos sobre los suajes que esa industria utiliza para lograr sus procesos para el empaque de líquidos alimenticios cuando como un completo improvisado ‘El Gleason’ hizo su ronda de aparición, y con ello el muy calculador descarrilo el tren de información que, ‘el inge’ estaba a punto de revelar.

De cualquier manera, pensamos nosotros [en el staff] no hay mal—ni—chairo que por bien no venga y por eso aprovechamos para preguntarle a nuestro amigo Pablo Gleason (por octava ocasión) si él nos iba a hacer buena la promesa de concedernos una entrevista sin tapujos sobre su rol de líder en diferentes escenarios de la protesta mexicana en París, y de sus colaboraciones como profesional, mismas que coinciden por cierto, con andar haciendo y promocionando eventos para el Estado Mexicano—como al que ‘el inge’ de Tetra-Pak y [el staff de este pinche blog] estábamos aquella noche asistiendo, es decir  el rodaje … perdón, la proyección de una cinta que para el gusto del staff, (aunque podríamos estar también equivocados—why not) llevaba AGUA al MOLINO de la PROPAGANDA alineada con el gobierno de Enrique Peña Nieto, y los acuerdos estratégicos y económicos de EPN y François Hollande.

‘El Gleason’, sin ser torero logra de nuevo burlar la respuesta a nuestra petición, y es entonces cuando ‘el inge’ [obvio, sin entender qué pedo con el dialogo entre ‘El Gleason’ y el staff] preguntó a Pablo que si él podía presumir de tener lazos familiares con el torero [rompe esquemas] que se promociona con el mote de “El Glison”… inmediatamente una sonrisa iluminó el rostro de ‘El Gleason’ (o sea, la máscara que Pablo traía puesta brevemente cambió) algo en su mirada por un instante podríamos asegurar a usted, estimado lector ausente, de que a Pablo le cambió; y luego-luego responde, “pues, dice el abuelo que algo hay”, a lo que “el inge’ replica, ¡por eso!.¿Son parientes?.

Pablo, ahora con otro tipo de sonrisa, no tanto nerviosa—pero a lo mejor si comprometida me pide que platiquemos a unos cuantos pasos hacia afuera de donde los asistentes al documental de esa noche disfrutaban del resto de la velada… y lo que es la serendipia, mientras Pablo y yo salíamos del lugar en donde estábamos, para aproximarnos hacia la calle, en eso se escucha un “bravo primo, hay nos vemos”; era Miguel Gleason, hermano de ‘El Glison’ torero que hace montajes taurinos que van más allá de lo que los aficionados del ruedo han estado acostumbrados a ver, y a OVACIONAR, y que según él, o sea ‘El Glison’ le dice a la gente bonita de Saltillo, Coahuila [Saludos, Berenice] dice el Matador, o sea ‘El Glison’ que a él “lo castigan por decir la verdad“… en eso sr. Matador, usted y yo compartimos una coincidencia.

Trascendió, meses antes [o a lo mejor después] de aquella velada en el Cinema Christine, que la siempre bienvenida *Serendipia se nos manifestó en un tren y, precisamente, en nuestra línea favorita del RER: la línea ‘B’.

Allí sin querer queriendo en un vagón coincidimos Miguel Gleason Berumen y yo al tomar el camino con una misma dirección, él se dirigía a su casa y yo iba a cambiarle un par de bombillas a un par de estudiantinas americanas completando un semestre en La Sorbonne.

Miguel y yo platicamos brevemente sobre las contradicciones de servirse de los pagos en especie que salen del aparato del Gobierno Federal y al mismo tiempo, [Chingada Madre] jugar la parte de activista en las calles de París; en contra precisamente, —del poder del que se reniega. Luego le pregunte sobre su parentesco con Pablo, pero mi estación era la siguiente y la respuesta fue inconclusa porque Miguel no pudo recolectar al abuelo que Pablo mencionó… en fin—who cares.

… but getting back to that Sam Eliott voice:

That year, in 1984, i personally didn’t want to go to El-Ey, because back in Dinamita (a small mining village in Durango) i was a happy boy watching Jimmy Morales win races at the local race track; or i would be riveted with either Tinieblas or Lizmark doing their thing on the squared circle (shoutOut to Reddit); in those days however, nothing could touch ‘las faenas’ de Eloy Cavazos, o mismo los arrebatos, las improvisaciones o los encontronazos de Valente Arellano con los pitones de la media docena de novillos que lo ensartaron.

En aquellos tiempos, una parte del staff contaba con tan solo 13 años, y nuestro lugar favorito en vacaciones de verano era en dos lugares, uno era en la pila de riego en Aide (Durango) y el otro en una porción de la calle Tomás Berlanga (junto a un lote semi válido) en Saltillo.

One thought on “Los Ang–eh–les*… Nineteen eighty four

  1. proméxico revisited 22/06/2017 “cero a la izquierda” – Armando Segovia

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